Esta es la novela de la espera, de un pueblo del Caribe llamado Cedrón, que es como una herida puesta al sol. Un lugar mítico donde se mueve la gente entre las miserias del cuerpo y las miserias del alma. Un mundo seco, solar y polvoriento registrado en la feracidad de la palabra, en la savia del lenguaje al que nos acostumbra un mitológico animal literario como es Héctor Rojas Herazo.
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