Es esta una de las obras más personales de Unamuno, la escribió en París en 1924 durante su destierro bajo la dictadura. Es un libro de lucha, de agonía en el sentido etimológico del término, vivo, vibrante y contradictorio, el lector encontrará en perpetua guerra interior al Unamuno escéptico, agónico, polémico, dialogando consigo mismo: “Lo que voy a exponer aquí querido lector, es mi agonía, mi lucha por el cristianismo, la agonía del cristianismo en mí, su muerte y su resurrección en cada momento de mi vida íntima”.
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