Esta obra se hizo bajo la premisa según la cual, aprender a pensar en una sociedad democrática exige dominar las potencialidades de la palabra. Conviene por tanto, practicar dos operaciones en apariencia incompatibles: no descatimar el uso de las palabras libertad, justicia y paz,pero al mismo tiempo, esforzarse por afinar sus significados. De ahí que sea este texto una tentativa de responder a un problema antiguo, a saber, ¿es el hombre una realidad singular? y ello a través del análisis del lenguaje de la experiencia religiosa, de la filosofía y de la historia.
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